Este verano un amigo me obligó a quedarme con un libro de la biblioteca. Me lo dió y llamó por teléfono para que lo pusiesen ami nombre. No acabé de leerlo, es un poco vergonzoso reconocerlo,Neurociencia para Julia de Xurxo Mariño era lo suficientemente bueno para que con leer la mitad me quedasen claras muchas cosas. Tanto que en cuanto ha aparecido un tema relacionadome han entrado unas ganas locas de utilizar los conocimientos a los que el libro me introdujo.
pero no hacía falta...
pero no hacía falta...
La neurociencia no se trabaja en los IES, de aquí a que algo actual llegue a los currículos ya habrá quedado desfasado. Mi amigo está empeñado en cambiar esto desfase.
Sin darme cuenta, conforme explicaba por primera vez en mi carrera como profesor la Biología de 3º de ESO, me fuí desviando hacia el libro. Las drogas neurotóxicas tuvieron la culpa... y eso que no las probé.
Pero el gusanillo seguía creciendo.
La función de relación me llevó al cerebro y los sesgos cognitivos, el problema se agravó con los sentidos. Esta idea recurrente debía salir fuera de mí, pero ¿cómo?
Intenté unir las ideas, darle algo de coherencia y no perder demasiado tiempo a costa del temario.
Aprovechando una conferencia (Helena Matute en Status Quo) que recomendó el pesado de antes en twitter, algunas páginas, documentos y curiosidades fuí haciendo un vídeo. ¿Porqué ese formato?
Por la falta de seguridad en un tema totalmente nuevo para mí.
El vídeo me permite parar y explicar lo que no haya sabido aclarar en su edición. También permite el debate entre alumnos y adaptar el avance de las explicaciones al de los alumnos ya que pensaba utlizarlo en varios niveles.
Animado por las ganas de aprender y ¿por qué no? por la envidia sana que produce ver como otros compañeros no paran de probar cosas, me permití (porque hay que renunciar a algo, el día no da para tanto) dedicar unas horas a preparar actividades nuevas, nuevas al menos para mí.
Una vez decidido a jugar con cosas novedosas lo importante no puede ser el resultado final, lo que importa es probar y divertirse con una única condición: que también lo hagan los alumnos. Y, si no se lo pasan bien, cambiarlo teniendo en cuenta lo que ellos digan para que la próxima vez lo pueda conseguir.
Esta diversión no conlleva risas sino aprendizaje sin aburrimiento, que los alumnos quieran saber más.
El resultado es siempre bueno, ellos van a agradecer que intentes cambiar la forma de trasmitirles el conocimiento como manda la santa madre LOE (aunque muy pronto nos cambien la santa)
Ya basta de dar vueltas, aquí tenéis el producto inacabado que he utilizado:
Lo habré cambiado más de 10 veces y solo una tras visionarlo uno de mis grupos.
Espero que lo podáis aprovechar, ese es otro de los fines de la creación de materiales COMPARTIR.
Vídeos maltrados para hacer el mío:
Antonio Díaz